Método de trabajo

Es pronto para hablar de metodología, pero hay unas cuantas líneas estratégicas en esta aventura. Casi todo el mundo que realiza este tipo de actividades manuales creativas se enfrenta a varios problemas:

  • Desmotivación: Se empiezan los proyectos con muchas ganas, pero conforme el trabajo se hace tedioso porque la parte creativa deja paso al trabajo duro, se pierde el impulso inicial y los proyectos quedan inconclusos.
  • Multiplexación: Al querer hacer varios proyectos a la vez, o muchas tareas simultáneas, la complejidad y la dispersión nos hace perder el foco.
  • Atracción por la novedad: No sólo queremos hacer muchas cosas a la vez, sino que las nuevas tareas resultan estimulantes, mientras el trabajo pendiente resulta aburrido y una pesada carga.
  • Diseño frente a la ejecución: Encontrar una solución, tener una idea, diseñar una trama… es lo creativo y estimulante. Plasmar esa idea en un producto final, ejecutarla, es lo realmente duro, aunque marque la diferencia.
  • Perfeccionismo: Cuando se sabe valorar lo bueno, el nivel PRO, cualquier trabajo amateur nos resulta pobre, deficiente. Y el nuestro todavía más.
  • Conocimiento: adquirir el conocimiento o destreza en la habilidad que queremos desarrollar siempre ha sido un reto. Gracias a Internet, la sabiduría está al alcance de la mano de forma gratuita. Pero la cantidad de información es tan abrumadora que convertirla en conocimiento a veces resulta más complicado de lo que parece.
  • Ambición: En nuestra cabeza tenemos una idea maravillosa que creemos capaces de ejecutar en su totalidad. Pero no somos tan buenos, no tenemos tanto tiempo o no somos tan constantes.

Para tratar de minimizar estos problemas, me planteo las siguientes pautas de trabajo:

  • TRABAJO POR PROYECTOS: Los proyectos son ideas que no sabemos realizar, pero que tienen un principio y un final. Aprender a realizar algo es un proceso, pero crear un objeto concreto con ese aprendizaje es un proyecto.
  • NO SE EJECUTAN MAS DE DOS PROYECTOS A LA VEZ: El gran peligro de querer hacer muchas cosas y no finalizar ninguna o dejarnos embaucar por el enamoramiento inicial por una idea se puede limitar realizando sólo DOS a la vez. Hasta que no se finalice uno de los dos, no se comienza con el siguiente. La documentación o las ideas pueden realizarse sobre varios proyectos, pero sólo se ejecutan dos.
  • LOS PROYECTOS SE DIVIDEN EN FASES: Estas fases permiten “parar” el proyecto al final de cada fase. Si concluimos en una fase y no seguimos, al menos tenemos algo finalizado. Por ejemplo, en Batman, la fase 1 es colgar el traje en un maniquí dentro de una urna. La fase dos es darle iluminación espectacular y sonido. La fase tres es animatrónica (ojos, boca, etc). Si vemos el proyecto al final de cada una de sus fases, parece un producto concluido. Acabar la fase tres quizás esté fuera de nuestro alcance o persistencia, pero finalizar y disfrutar a fase uno es algo asequible y rápido.
  • MEJOR RAPIDO QUE BUENO: Ante la duda, es mejor acabar algo mediocre que dejar sin acabar algo “sublime”. Siempre podemos volver a hacer una iteración para mejorar el resultado final. Leyendo una entrevista al principal guionista de los Simpson, extraigo la siguiente reflexión: “Escribir un guión es una tarea muy dura. Pero hacer revisiones es rápido y divertido. Así que escribía una mierda de guion el primer día que me costaba mucho esfuerzo, y dedicaba el resto de días a hacer revisiones divertidas sobre el guion inicial. Así convertía un trabajo duro y aburrido, en un trabajo fácil y divertido”. No queremos hacer algo “sublime”, queremos hacer algo “decente”, y que nos divirtamos por el camino. Y si podemos, lo vamos mejorando en cada iteración.

Esto huele mucho a SCRUM, me veo con posit en el taller, jajajaja, pero eso es algo que dejamos para otro momento…

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