Incluso estos humildes proyectos lúdicos tienen digamos TRES PLANOS. ¿A que me refiero?
Por un lado, está el plano FÍSICO o constructivo. Supone la gran limitación a nuestras ideas, el choque con la realidad. No podemos construir cualquier cosa que tengamos en mente o al menos, no de la forma que inicialmente imaginamos. Los materiales y nuestros conocimientos para modificarlos tienen sus limitaciones.

Por otro lado está el plano de DISEÑO o ideal. Es la idea que hace atractivo el proyecto. El propio origen del proyecto. Tiene que ser hasta cierto punto original o sugerente. También son las soluciones para los problemas constructivos. Representa lo que queremos hacer, independientemente de lo que al final somos capaces de hacer.
Y por último está el plano CONCEPTUAL. Es la envoltura del diseño. La narrativa. Quizás parezca la más artificial, pero es la que acaba dando cohesión, le da un sentido final. Lo curioso es que no tiene porqué aparecer al principio, se puede añadir por el camino.

Lo ideal es disfrutar en los 3 planos. Si construir algo nos resulta cansado o aburrido, apaga y vámonos. Si sólo nos dedicamos a seguir un libro de instrucciones, sin diseñar nada, mejor cómpralo montado. Y si no nos interesa el concepto, el homenaje, la narrativa, … lo que hagamos no tendrá alma.
Por ejemplo. el Espejo Mágico tiene unas posibilidades físicas limitadas. El espejo no puede escuchar ni entender lo que decimos, no es SIRI. Sólo puede detectar ruidos. Y como diseño, se trata de copiar la idea del espejo mágico de Disney. Pero sólo cuando surge el giro conceptual de que el mago sea un humorista malagueño Chiquito de la Calzada, es cuando el espejo mágico resulta indudablemente creativo o esperemos que divertido.
En el caso de Teleking se trata de la marioneta más simple posible (un pollo con 3 hilos). Físicamente muy limitada, aunque al unirle movimiento de boca y sonido, comienza a ser expresiva. A nivel de diseño podría ser un pollo profesor soso que multiplica, u otro tipo de marioneta. Cuando se convierte en un pollo steampunk enjaulado que homenajea a Torres Quevedo, es cuando empieza a tener su propia identidad. El concepto empieza a ser potente, sugerente.
Como último ejemplo, estoy ideando un proyecto sobre una caja que simula una entrada a una mina y es muy divertida por si mismo. Es un proyecto disponible en Instructables. Si le unimos el diseño de un juego tipo Escape Room con puzles y sonidos para acceder a la ilusión óptica, se abre una nueva dimensión del mismo proyecto. Pero sólo cuando se une conceptualmente al libro de Julio Verne de “Viaje al centro de la tierra” es cuando la narrativa envuelve por completo al proyecto, dotándolo de sentido. La estética, la experiencia, el objetivo, se realimentan mutuamente: No es sólo una caja con una cerradura que esconde un espejo infinito. Vas a conseguir abrir una puerta al centro de la tierra.
Quizás todo esto sea un poco pretencioso. Son sólo juguetes. Divertimentos intrascendentes. Pero estoy seguro que tienen al menos 3 planos que cuidar.